CANTAVIEJA: EN UN LUGAR DEL MAESTRAZGO...
El pueblo donde vivo actualmente, se llama Cantavieja, en el Maestrazgo turolense, entre Teruel y Castellon. Es un pueblo corriente, de ochocientos y pico habitantes, con un Museo Carlista, una sede de la Comarca, sus escuelas, su centro de salud, etc.. Yo me mude aquí, a los cinco años. Dejamos Oliete, y por trabajo de mi padre paramos en este pueblo. A excepción de Benicarlo, en la Comunidad Valenciana, y mi estancia en Teruel, ya no concibo ningún sitio para estar mas que este pueblo.
Aqui el tiempo pasa despacio, salvo cuando son fiestas. Cantavieja tiene una leyenda chulisima, queda nombre al pueblo. Dice así: En tiempos remotos, Cantavieja tenia una vieja que tocaba el tambor, dio la casualidad, que un ejercito que pasaba, intento sitiar el pueblo. Los aldeanos, se concentraron en las murallas, como eran pocos, pusieron antorchas en los cuernos de los animales, para que desde la lejanía parecieran que eran mas. Por la noche, se oía el tambor sonar por todos los rincones del pueblo, lo que hizo que las tropas invasoras, se amedrentaran, y pusieran fin al sitio del pueblo.
Hoy esa historia se a perdido, pero siguen viniendo visitantes al pueblo, gracias a la labor de los departamentos de turismo, con el apoyo del ayuntamiento, y otras entidades.
Desde aqui, dejo este dibujo, como muestra de apoyo.
AUTOR: ALBERTO SERRANO CASAUS.
El pueblo donde vivo actualmente, se llama Cantavieja, en el Maestrazgo turolense, entre Teruel y Castellon. Es un pueblo corriente, de ochocientos y pico habitantes, con un Museo Carlista, una sede de la Comarca, sus escuelas, su centro de salud, etc.. Yo me mude aquí, a los cinco años. Dejamos Oliete, y por trabajo de mi padre paramos en este pueblo. A excepción de Benicarlo, en la Comunidad Valenciana, y mi estancia en Teruel, ya no concibo ningún sitio para estar mas que este pueblo.
Aqui el tiempo pasa despacio, salvo cuando son fiestas. Cantavieja tiene una leyenda chulisima, queda nombre al pueblo. Dice así: En tiempos remotos, Cantavieja tenia una vieja que tocaba el tambor, dio la casualidad, que un ejercito que pasaba, intento sitiar el pueblo. Los aldeanos, se concentraron en las murallas, como eran pocos, pusieron antorchas en los cuernos de los animales, para que desde la lejanía parecieran que eran mas. Por la noche, se oía el tambor sonar por todos los rincones del pueblo, lo que hizo que las tropas invasoras, se amedrentaran, y pusieran fin al sitio del pueblo.
Hoy esa historia se a perdido, pero siguen viniendo visitantes al pueblo, gracias a la labor de los departamentos de turismo, con el apoyo del ayuntamiento, y otras entidades.
Desde aqui, dejo este dibujo, como muestra de apoyo.
AUTOR: ALBERTO SERRANO CASAUS.
