LA HERENCIA DEL RUISEÑOR (The Nightingale's Inheritance).
El Post, se ira actualizando periódicamente.
Voy a dejar por aquí, las primeras líneas narrativas de la #herenciadelruiseñor, y posiblemente te preguntes: ¿Qué es la Herencia del Ruiseñor?, y yo te diré: la inversión de muchas horas de creación de personajes, tramas y sub tramas, contadas a modo de diario, por la protagonista, Rosa Federica Jacinta. Es una novela amateur, escrita por un servidor, y con partes ilustradas.., por dicho servidor... Aquí empieza: La Herencia del Ruiseñor.
Voy a dejar por aquí, las primeras líneas narrativas de la #herenciadelruiseñor, y posiblemente te preguntes: ¿Qué es la Herencia del Ruiseñor?, y yo te diré: la inversión de muchas horas de creación de personajes, tramas y sub tramas, contadas a modo de diario, por la protagonista, Rosa Federica Jacinta. Es una novela amateur, escrita por un servidor, y con partes ilustradas.., por dicho servidor... Aquí empieza: La Herencia del Ruiseñor.
LA HERENCIA DEL RUISEÑOR.
En la calle número 12, llamada calle del Ruiseñor, la policía de Madrid, encontró un diario, estamos en el año 1998, y dos agentes de Madrid, que patrullaban la zona se percataron, de que alguien había escondido una especie de libro, el guardia mas cercano, abrió el manuscrito, le impregno el olor a moho y telarañas, en una de las páginas, se podía leer lo siguiente..
ACTO I, PARTE I: ROSA ROSAE
UN DIARIO AJADO
Y
MUCHOS MISTERIOS SIN RESOLVER.
Mejor que lo llevemos a la comisaría, respondió uno de los guardias. Si, será mejor llevarlo, y que le echen un vistazo, no me gusta esta zona, solo hay drogatas y la noche amenaza lluvia, volvamos, además, no es asunto nuestro, ahora mismo lo que quiero es llegar a casa y plegar la oreja.
Los agentes se montaron en el coche, y empezaron el rumbo hacia la comisaría. Mientras, uno conducía, el otro, un cuarentón, moreno, con gafas de montura, empezó a observar el diario...
El diario, apenas abultaba, encuadernado en piel, el de las monturas, empezó a leer las páginas del diario, mientras su compañero, tarareaba una canción de la radio.
Los dos agentes, llegaron a la comisaría, estaba empezando a caer las primeras gotas de una pequeña tormenta primaveral, al llegar a las puertas, los recibió una compañera. ¿Qué tal la noche?, pregunto esta. A lo que el compañero del cuarentón, se atuso y acaricio, el bigote, y respondió. Lo de siempre, alguna pelea callejera, damos parte, y volvemos al coche.
Pero hoy es diferente, dijo el de las gafas de montura, mostrándole a su compañera, el diario que habían encontrado. Hemos encontrado esto, parece antiguo, aunque esta en perfecto castellano, la fecha es de hace 90 años... ¿90 años?, se sorprendió la compañera de los agentes. Si, 90, si la fecha es correcta.., vale, mejor llevémoslo al comisario, el sabrá que hacer con esto. Espera.., se paro la compañera, y empezó a observar el diario con mas determinación. ¿Qué pone aquí?, y les hizo un gesto a sus compañeros, para que sacaran una linterna, y alumbraran una parte del diario..
Pero hoy es diferente, dijo el de las gafas de montura, mostrándole a su compañera, el diario que habían encontrado. Hemos encontrado esto, parece antiguo, aunque esta en perfecto castellano, la fecha es de hace 90 años... ¿90 años?, se sorprendió la compañera de los agentes. Si, 90, si la fecha es correcta.., vale, mejor llevémoslo al comisario, el sabrá que hacer con esto. Espera.., se paro la compañera, y empezó a observar el diario con mas determinación. ¿Qué pone aquí?, y les hizo un gesto a sus compañeros, para que sacaran una linterna, y alumbraran una parte del diario..
La mansión del número 12..., mmm, esa es la vieja estructura que acabo calcinada hace 20 años..., si..., asintio el del mostacho, a lo que miro a su compañero, y con un gesto de la cara, el de las monturas, le entendio sus pensamientos. ¿Piensas que tiene algo que ver con los Garrido?, le pregunto el de las gafas al del bigote. Bueno, no se, ahora mismo todo son dudas, mejor que se lo llevemos al comisario, el sabra que hacer... !!No hace falta!!, se oyo decir a una voz ronca y dura, con lo cual los tres agentes, dieron un respingo.
